PRUDENCIA 

DEFINICIÓN (¿QUÉ ES?)

La prudencia es la virtud de pensar en los riesgos que tienen mis actos y, al tenerlos en cuenta, cambiar mi modo de llevarlos a cabo para no pagar o minimizar las posibles consecuencias.

Ser prudente no significa dejar de tomar riesgos, significa medirlos, poner medios para evitarlos, y a partir de ahí actuar con mayor responsabilidad, aunque también es posible que la reflexión lleve a la conclusión de que es mejor no seguir adelante con lo que teníamos pensado.
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EJEMPLOS

Ejemplo 1: Ponerse casco al ir en bici. Una persona prudente tiene en cuenta que es posible tener un accidente, y es por ello que lleva a cabo medidas para minimizar las consecuencias que se podrían derivar de una caída. La persona que no es excesivamente prudente no exagera, simplemente intenta minimizar riesgos.

Ejemplo 2: Llevar una chaqueta por si hace frío. En este sentido, las madres y las abuelas acostumbran a ser de las personas más prudentes y previsoras cuando se trata de proteger al hijo o nieto.

Ejemplo 3: No caminar cerca de un precipicio. A veces la prudencia consiste simplemente en aplicar el sentido común, aunque precisamente el sentido común no es siempre el más común de los sentidos.

Más ejemplos: Llevar comida a una excursión, mirar antes de cruzar una calle, llevar el teléfono móvil encima por si hay que llamar a emergencias, llevar gafas de repuesto, ahorrar, no abrir la puerta de la calle a desconocidos, llevar preservativos encima por si acaso.

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